Día 2

Sábado 13: Salta – Jujuy (por camino de cornisa) - Purmamarca - Salinas Grandes - Susques

290 km.

Al dejar el Hostel fuimos a la Terminal con el fin de averiguar si las empresas que hacen el cruce por Jama lo estaban pudiendo hacer. Nos dijeron que a primera hora de cada mañana se abría el paso, por lo que había que estar allí el domingo tempranito, dato corroborado por el dueño del Hostel La Vicuñita que reservamos en Susques. Con esa buena noticia emprendimos el camino de cornisa por la vieja Ruta 9 hacia San Salvador de Jujuy.

Ex RN 9, hoy camino turístico, entre Salta y Jujuy

Esta vez con sol radiante se pudo disfrutar más aun el paisaje selvático de ese hiper sinuoso camino, por momentos tan estrecho que sólo cabe un solo vehículo. Por suerte pude sortear a los “rezagados” y hacerlo a mi ritmo, ese justo equilibrio entre pistear y disfrutar el paisaje, parando a sacar fotos que destacan los lugares claves del recorrido.

Bordeamos la capital Jujeña y nos adentramos en la hermosa Quebrada de Humahuaca con destino a Purmamarca.

Cerro de los Siete Colores

Purmamarca

Pobladísimo de turistas compradores de las artesanías del lugar, muchas de muy exquisita elaboración, al punto que si en toda la recorrida no encontramos otras similares a mejor precio, cuando volvamos entraremos a llevarnos un par de cositas que llamaron nuestra atención.

Bar en Cerro de los Siete Colores

Fotos varias al Cerro de los Siete Colores y vuelta al auto para emprender la cuesta del Lipán. 
Me había quedado con ganas hace 8 años de traerme fotos de recuerdo de ese espectacular tramo y esta vez pude concretarlo, al igual que llegar a las Salinas Grandes cuando en aquélla oportunidad una pinchadura me obligó a regresar habiendo estado a escasos 800 mts. de las mismas.

Cuesta del Lipán

Salinas Grandes

Ya desde ahí fue recorrido nuevo para mi. Pernoctamos en Susques que está en los confines de la Patria, pueblo en medio de la nada si los hay, pero será por eso que tiene un gustito especial. El tipo de turismo que nos gusta hacer es precisamente este alternativo de lugares no “turísticos” y este pueblo es el opuesto al que elegirían quienes veranean en la costa.

Susques

Lo que sí, frío como pocos y con escasa calefacción. Apenas un radiador de aceite que en honor a la verdad bastó para calentar la habitación cuyo techo de chapa carecía de aislante.

Lamentablemente estábamos cansados y no pudimos asistir a la fiesta del pueblo que se hacía escuchar a través de las paredes. Igual nos dormimos rápido.

Cada foto se puede ampliar y ver en tamaño original al clickear en ella.